viernes, 18 de abril de 2008

NOCTURNO UNO

NOCTURNO UNO

Algo me posee, tal vez soy el abalorio de un dios maligno; el arleguín

roto de un corazón de estalactita. Un río despiadado me tiene. Estoy dentro

de una pupila. En vano golpeo los vidrios del aire.

Es la noche. Está de nuevo su cabellera extendida como un ábano;

como una bandera de luto flameando en el ártico. Yo elevo

sonrisas, entonces, como campanadas en un blanco desierto; ellas alegran

los álgidos pájaros del silencio. Sé que he resbalado hoy

de un corazón pletórico, pero no me abriga el universo,

los racimos de astros no me consuelan. La hermosura

de la mirada del perro es la única llama, pequeña y dócil,

en esta inmensa extensión lívida en donde yazgo. Tal vez, la pena,

que incuba tantos abrazos, me envíe alguna vez una de sus olas vivientes

y en su tibieza pernocte. Me clave su pletórico baile

como en las selvas la mano del sol bulle y agita

la verde sangre. Entonces diré que este hielo fiel

ha quedado viudo...

En esta fe mi corazón se ovilla

como el último cordero. Y esos ecos lejanos que vienen

y se alejan

como las rondas de los niños muertos,

celestes y escuálidos,

queden en sus nidos y yo distienda mis dos alas

con las que escribo.

Y vuelva yo con mis lámparas

por los túneles y mis canciones anacrónicas

y locas resuenen otra vez

en los helados hombros de esta melancólica aldea. Mis pétalos hacia arriba.

5 de Agosto del 2007

23:43


1 comentario:

editor websaxofon dijo...

UN poema hermoso que demuestra la enorme sensibilidad de esta poeta que tanto nos hae falta.
Espero que varias personas tenga la posibilidad de leerlos